Marca Orbyt.
CARTAS A ALEX Gabriel
Masfurroll 25/01/2014
Querido Alex, nuestro Barça está viviendo una convulsión que se repite cada cierto tiempo. Así somos los que vivimos en estas latitudes. Hoy eres héroe, a veces sin saber por qué, y al cabo de un tiempo te conviertes en villano. Alguien lanza una acusación y los que te adulaban ahora cruzan la calle para no tener que hablar contigo.
Es el síndrome del teléfono desconectado, ahora también del email. De un día para otro, llamadas, peticiones y compromisos desaparecen. Puedes volver a prestar atención a los tuyos, los de toda la vida. Esos que quedan son los de verdad. No suena el teléfono. Eso debe de ser lo que hoy le sucede a Sandro Rosell. Creo que, a título personal, se habrá sacado un enorme peso de encima. Hay que respetar su decisión.
Todo lo contrario, Alex, debe de sucederle a Josep María Bartomeu. Hombre de confianza y alter ego de Sandro. Buen empresario y mejor persona. Un tipo normal. Estamos en buenas manos. Desde hoy su teléfono no parará, echará humo. Los aduladores y oportunistas ya están llamando para acercarse al poder. Los de siempre. Así es el “mundo real” que describió Rosell en su libro. Quizá no lo ha releído.
Suerte y apoyo a Bartomeu y mi agradecimiento a Sandro por su gestión a favor del Barça. Espero que el proceso judicial sea rápido y no se convierta en un vía crucis, donde la sociedad y el entorno juzguen antes que el juez.
Por lo demás, confío en nuestros deportistas. Seguro que ellos mantendrán la estabilidad del club y seguirán ofreciendo el fútbol y los valores que en los últimos años hemos expresado por todo el mundo. La vida sigue y el Barça está por encima de las personas que pasamos, aportando nuestro granito de arena. Somos efímeros.
Un cop més fill, aquest món del futbol, obscur i despietat, ha tornat a actuar. Una llàstima. Els humans sempre ens fem mal entre nosaltres. És inevitable. T’estimo Alex.
@masfurroll
Archivos Mensuales: enero 2014
España versus Catalunya: Lo que no se quiere oir. Comentarios al articulo via El Pais de Cesar Molinas
Querido Alex, inmersos hasta la medula en un proceso de enorme controversia entre España y Catalunya, en donde cada parte defiende con ahinco sus teorias y posiciones en direccion a un enfrentamiento directo en el que pueden chocar las partes de forma muy dura y que pueden llegar a crear situaciones dificiles y porque no decirlo, capaces de provocar situaciones de violencia que desencadenen actitudes y acciones de dificil marcha atras. Ante esta situacion, recomiendo leer el articulo que sigue a continuacion, escrito por Cesar Molinas en el periodico El Pais. Recomiendo tambien el libro que acaba de publicar el mismo autor, titulado “Que hacemos con España”.
TRIBUNA
Lo que no se quiere oír sobre Cataluña
El problema del encaje catalán en España es el del encaje de un pueblo norteño en un país sureño
CÉSAR MOLINAS 18 ENE 2014
Hay cuestiones de fondo sobre Cataluña que no se quieren oír y, mucho menos, escuchar. No puedo obligar a nadie a escucharme pero, al menos, voy a intentar hacerme oír. En este artículo quiero aportar cuatro reflexiones sobre Cataluña y sobre la relación de Cataluña con España. Bien a un lado del Ebro, bien al otro o bien a los dos, estas cosas no se quieren oír. En primer lugar discutiré el “hecho diferencial” catalán desde la dialéctica Norte-Sur en la Europa actual. El problema del encaje de Cataluña en España, como el de Lombardía en Italia, es el del encaje de un pueblo norteño en un país sureño. A continuación caracterizaré a Cataluña como una sociedad compleja aún vertebrada por una mentalidad menestral cuyas raíces se remontan a la baja Edad Media. Cataluña se desarrolló y llegó a ser lo que es gracias al decreto de Nueva Planta de 1714, no a pesar de él. En tercer lugar argumentaré que el contencioso Cataluña-España oculta otro contencioso entre catalanes que tiene importantes consecuencias para la sociedad catalana. A España y a Cataluña les irá mejor juntas que separadas si consiguen un acuerdo de convivencia que potencie el futuro de ambas. Por último daré unas pinceladas sobre qué hacer en la situación actual. Mis argumentos surgen de consideraciones geográficas e históricas que considero razonables.
LOS CATALANES, EUROPEOS PATA NEGRA
Los catalanes son europeos desde el siglo IX. A eso, en castellano, se le llama ser pata negra. El concepto actual de Europa nació con Carlomagno, cuya capital Aquisgrán dista solo un centenar de kilómetros de las actuales capitales de la Unión Europea Bruselas y Luxemburgo. Esta coincidencia geográfica no es casual. Robert Kaplan señala en su reciente libro La venganza de la geografía que la columna vertebral de Europa sigue estando en la diagonal que va del Canal de la Mancha a los Alpes, ruta de comunicación principal del imperio franco. En ese mapa, carolingio y actual, Cataluña ocupa una situación peculiar. Desde finales del siglo VIII fue parte de la Marca Hispánica, zona defensiva entre el Imperio y Al-Ándalus que, según Vicens Vives, se caracterizaba no por ser una fortaleza de montaña sino por ser un corredor protegido por montañas. Este carácter de corredor y de portal de la península Ibérica hacia Europa ha conformado, para Vicens, el europeísmo distintivo de la mentalidad catalana y su “permanente éxtasis transpirenaico”. Esta mentalidad y este éxtasis constituyen, en mi opinión, el llamado “hecho diferencial catalán”.
La mentalidad catalana tiene un permanente éxtasis transpirenaico
Tony Judt se refiere repetidamente a Cataluña en su ensayo de 1996 ¿Una gran ilusión? Judt establece un paralelismo entre las regiones europeas de Baden-Württemberg, Rhône-Alpes, Cataluña y la antigua Lombardía carolingia, autodenominadas los Cuatro Motores de Europa en un acuerdo que firmaron en 1988. Son regiones prósperas, ninguna de las cuales incluye a la capital del Estado, que se consideran culturalmente más próximas entre sí que con otras regiones de sus respectivos países. Según Judt se sienten europeas, pagan sus impuestos, están mejor educadas, tienen una ética del trabajo y una industriosidad que no comparten otras regiones de los Estados a los que pertenecen —regiones a las que se ven obligadas a subvencionar— y tienen poco peso en la toma de decisiones de sus gobiernos. Como señala Kaplan, son regiones “norteñas, que no se sienten identificadas con las que creen regiones atrasadas, perezosas y subsidiadas del sur mediterráneo”. Vicens Vives nunca lo hubiese escrito tan crudamente. El problema del encaje catalán en España es el del encaje de un pueblo norteño en un país sureño. Es un problema de muy difícil solución, agravado por la ausencia histórica de un Cavour catalán que impulsase un proyecto nacional capaz de integrar a los demás pueblos de la Península. Es un problema que se arrastra desde hace siglos y que no se arreglará ignorándolo o negándolo.
Una anécdota del ya centenario Swann ayuda a entender quién es qué en la relación con Europa. Unos parvenus amigos suyos habían tenido la ocurrencia de contratar a unos aristócratas arruinados para ponerlos de porteros en su mansión. Swann se lo desaconsejó, advirtiéndoles que las visitas de calidad nunca pasarían del portal. En el debate sobre la integración en Europa de una Cataluña independiente, los independentistas tendrían todo que perder si el debate se situara en el terreno de la estricta legalidad de los Tratados, pero tendrían todo que ganar si se situase en el terreno de la legitimidad, es decir, si el debate fuese sobre quién es el parvenu. Lo más probable es que la discusión se sitúe, llegado el caso, en un punto intermedio entre las dos alternativas. Lo que desde Madrid se ve como un problema jurídico es, en realidad, un problema político en el que las autoridades españolas pueden llevarse más de una sorpresa. Quizá sea útil recordar, como precedente, la alfombra roja que se puso a otro pata negra europeo, la también carolingia Eslovenia, para su integración en la Unión Europea y en el euro en un tiempo récord. O la posición europea sobre el corredor mediterráneo.
UNA MENTALIDAD MENESTRAL
Sigo con Vicens Vives, buen conocedor de los catalanes. Y sigo con su ensayo Noticia de Cataluña, que debería ser leído y releído con mucha atención tanto al norte como al sur del Ebro. Para Vicens lo más distintivo de la mentalidad catalana, junto a su europeísmo, es su carácter menestral. La menestralía, con fuerte presencia ya en la Cataluña del siglo XIII, es “una mentalidad más que una situación, un concepto de la vida más que una forma de ganársela”. Surge de la “gente de gremio, pueblo menor, hombre y herramienta”. Los menestrales “acabaron ocupando un lugar entre las minorías dirigentes del país, desde el que difundieron el espíritu originario de clase: la dedicación al trabajo, la inclinación práctica de la vida y la limitación de horizontes” y “constituyeron la reserva humana y social de Cataluña, la plataforma sobre la que iban a montarse los siglos XVIII y XIX”. La mentalidad menestral sigue articulando hoy en día una sociedad catalana que, a pesar de su complejidad actual, se sigue reconociendo en el trabajo entendido no como “castigo divino” sino como “signo de elección” y sigue mostrando una característica falta de ambición en su proyección hacia el mundo exterior.
Cataluña se desarrolló gracias al decreto de Nueva Planta, no a su pesar
El feudalismo catalán, surgido dentro del imperio carolingio, tuvo muy poco que ver con el del resto de la Península. Fue mucho más robusto y “europeo”, y creó unas instituciones que, en lo esencial, perduraron hasta principios del siglo XVIII. Hasta el 11 de septiembre de 1714, para ser más precisos. Cuando Ortega achaca la anomalía histórica de España a la anomalía de su feudalismo y a la baja calidad de los godos que la invadieron, se olvida del caso catalán. Las instituciones medievales franco-catalanas fueron solidísimas, hasta el punto de poder asimilar la mentalidad menestral sin cambiar sustanciándote, porque la menestralía encajaba bien en el corporativismo de la época. Pero esa solidez institucional, en ausencia de un monarca absoluto que la pusiera en cuestión para afirmar su propio poder, fue la causa principal del estancamiento y declive de Cataluña desde mediados del siglo XV hasta principios del XVIII. Este declive fue tanto económico como cultural. Por poner un ejemplo de cada, ambos apuntados por Vicens, si Cataluña no se aprovechó del comercio con América hasta el siglo XVIII fue por falta de ambición y de emprendimiento, no porque tuviese ningún impedimento legal para hacerlo. Se aprovechaban los genoveses, portugueses, franceses, holandeses… pero no los catalanes. En el ámbito cultural, los siglos XVI y XVII, siglos de oro del castellano, el inglés y el francés, fueron un desierto para el catalán. Aherrojada por sus instituciones medievales, respetadas hasta por el Conde-Duque de Olivares, Cataluña dormitó durante dos siglos y medio hasta que un Borbón, Felipe V, precipitó el cambio y la empujó hacia la modernidad. ¿Qué hubiera pasado si en vez del Borbón hubiese ganado la guerra el Habsburgo? A mí me parece probable que Cataluña, constreñida por sus instituciones, se hubiese perdido la revolución industrial. Cataluña se desarrolló gracias al decreto de Nueva Planta, no a pesar de él.
La mentalidad menestral —trabajo, sentido práctico de la vida y limitación de horizontes— ha vertebrado Cataluña durante cinco siglos y sigue siendo la más relevante hoy en día. Esto es particularmente cierto para el independentismo catalán actual. Menestrales son la monja Forcades, Carme Forcadell y Oriol Junqueras, todos ellos en la versión casa pairal. En versión pro domo mea, menestrales son Jordi Pujol y Artur Mas, entre muchos otros. El denominador común de la menestralía es la nostalgia de un medioevo idealizado, el gusto por una fuerte regulación de la sociedad y de la actividad económica —de lo que es buena muestra el Estatuto catalán en vigor, con sus 223 artículos y 152 páginas— la limitación de horizontes y la falta de ambición para proponer un proyecto capaz de integrar a todos los catalanes y, también, a todos los españoles. El modelo de sociedad del independentismo menestral parece inspirado en el pueblo de los hobbits.
Sin embargo, proyectos ambiciosos de catalanizar España construyendo una sociedad moderna basada en el trabajo existieron en las segunda mitades de los siglos XVIII y del XIX. Relata Vicens cómo, en la primera circunstancia, se produjo una auténtica diáspora de catalanes por tierras de la antigua Corona de Castilla, colonizando Sierra Morena, renovando las artes de pesca en Galicia y Andalucía, estableciendo sus oficios en las ciudades de la meseta… Ilustrados como Campomanes soñaron con transformar España adoptando instituciones catalanas. En el siglo XIX “Cataluña predicó a las otras Españas el evangelio de la redención por el trabajo” para conseguir el resurgimiento económico y la industrialización. El fracaso de estos intentos provocó el retraimiento de los catalanes, que todavía dura, su aversión a participar en el gobierno del Estado tanto a nivel político como burocrático, que también perdura, y el fortalecimiento de la mentalidad menestral ante la quiebra de alternativas más ambiciosas.
CATALUÑA Y ESPAÑA SE NECESITAN
Tanto España como Cataluña necesitan desesperadamente un proyecto nacional. Como he recordado en otras ocasiones, para Ortega una nación es un proyecto de futuro con capacidad integradora. Ese proyecto no lo tienen ahora mismo ni España ni Cataluña. En el primer caso no hay proyecto para afrontar la cuádruple crisis —económica, institucional, territorial y moral— que tiene gripada a la sociedad española. El régimen político de 1978 está basando su supervivencia en la táctica del avestruz, negando las crisis para no tener que hacer ningún cambio significativo. Si no cambia de actitud, durará poco. En el caso catalán el único proyecto político explícito es el independentista. En cierto modo, también es una manera de negar una crisis que afecta a Cataluña de manera muy parecida a la del resto de España. En cualquier caso, el proyecto independentista no es un proyecto integrador puesto que divide profundamente a la sociedad catalana en dos partes de tamaño similar y de convivencia complicada. No es, por tanto, un proyecto nacional, al menos en el sentido que le da Ortega a este término.
España necesita a Cataluña por dos motivos, uno en negativo y otro en positivo. En negativo, porque la ruta previsible del presente conflicto territorial lleva a una bunkerización de posiciones en España y en Cataluña que será la excusa perfecta para que la clase política no aborde ninguna de las reformas imprescindibles para afrontar con éxito los retos del siglo XXI, en particular la mejora del capital humano necesaria para evitar la proletarización de la sociedad española en la economía global. En positivo, porque la gran asignatura pendiente de España es la adopción de una cultura del trabajo como opción de realización personal y no como castigo divino. Eso lo hizo Cataluña hace muchos siglos y la emulación con Cataluña en una casa común puede ser un estímulo importante para que España consiga hacerlo.
Cataluña necesita a España también por dos motivos y también hay uno en negativo y otro en positivo. En negativo Cataluña necesita a España por una razón simétrica a la del párrafo anterior. Las reformas que hay que hacer en Cataluña son similares a las que hay que hacer en el conjunto de España, empezando por la de la clase política. La bunkerización conduce a no hacerlas y a culpar al adversarios de todos los males propios. Además, una confrontación creciente deja al independentismo como único proyecto político posible y eso tendría efectos divisivos muy grandes para la sociedad catalana. Lo que ahora se presenta interesadamente como una confrontación entre Cataluña y España se revelaría como una confrontación entre catalanes en la que los que ambicionan pensar y actuar “en grande” en mundo globalizado quedarían marginados. En positivo, Cataluña necesita ambición. Necesita que sus grandes empresas se hagan mucho mayores y se globalicen. Al contrario que Baden-Württemberg o Rhône-Alpes, Cataluña no tiene grandes empresas con proyección global y no las tiene por falta de ambición, no porque esté oprimida o expoliada. España, cuyas grandes empresas son globales, tiene la ambición que a Cataluña le falta. La emulación con España en una casa común puede ser un estímulo importante para que Cataluña consiga hacerlo.
QUÉ HACER CON CATALUÑA
Por las razones aducidas en el epígrafe anterior, el debate sobre qué hacer con Cataluña sólo tiene pleno sentido en el marco más amplio del debate sobre qué hacer con España. Ahora bien, si este último debate no pudiera tener lugar, porque la clase política se negase a ello, o si fracasara el intento de construir un proyecto de futuro atractivo para los españoles, lo mejor que podrían hacer los catalanes es soltar lastre y plantearse el debate por separado. Por lo dicho hasta aquí, tampoco está claro a priori que a nivel catalán pudiera consensuarse un proyecto integrador y ambicioso pero, en mi opinión, estaría justificado intentarlo.
La actual discusión sobre Cataluña, restringida a dos interlocutores bunkerizados, sólo sirve para disimular tras las respectivas banderas la falta de proyectos nacionales a nivel español y catalán. El Gobierno de España considera la cuestión catalana como un problema estrictamente jurídico, no halla lugar en la Constitución para autorizar una consulta y no ve necesario ni conveniente tomar ninguna iniciativa política para proponer un nuevo encaje de Cataluña en la casa común. Los catalanes deben conformarse con lo que hay y, además, resignarse a una ofensiva recentralizadora y “españolizadora”. Por otra parte, el independentismo catalán, encabezado por el Gobierno de la Generalitat, acelera un plan para proclamar unilateralmente la independencia en algún momento de 2015. El choque de trenes parece muy probable, porque ambos gobiernos esperan sacar grandes réditos políticos del conflicto en el corto plazo, que es el único horizonte que parece importarles. Si el choque se produce, la independencia de Cataluña será prácticamente inevitable, a pesar de que irá en contra del interés general de los catalanes y de todos los españoles.
Es necesario superar esta situación. El contencioso no debe dejarse en las solas manos de quienes no tienen ningún interés en resolverlo. La sociedad civil debería tener un papel mucho más activo, impulsando los necesarios debates —que van mucho más allá de independentismo sí o independentismo no— y dando mucho más protagonismo a la ambición en los proyectos de futuro. La clase política no está por la labor. Las grandes empresas y las personalidades del mundo económico catalán deberían hacer oír su voz con más fuerza, con el pluralismo que ello entraña, y lo mismo deberían hacer las del resto de España. Madrid y Barcelona son, junto con Milán, las grandes concentraciones humanas, económicas e industriales del sur de Europa. Un eje de cooperación a todos los niveles entre las dos grandes ciudades españolas es necesario para complementar y contrapesar a la gran Banana Azul europea, que tiene su extremo sur en la ciudad del Po y termina por el norte en Liverpool.
No parece haber nadie en el mapa político que asuma la idea de España como nación de naciones para reconstruir sobre ella la casa común. A mí me parece que ya es demasiado tarde —no lo era hace cuatro años— para intentar una reforma federal de la constitución. Hay que ser más ambiciosos y la sociedad civil también tiene que tener un papel decisivo en este debate. No bastan albañiles: se necesitan arquitectos para evitar que se nos caiga la casa encima.
César Molinas publicó en 2013 el libro Qué hacer con España
El destino del Barça. Via Marca
Marca Orbyt.
CARTAS A ÁLEX Gabriel Masfurroll 24/01/2014
El destino del Barça
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Mientras escribo estas líneas, el aún presidente Sandro Rosell está exponiendo los motivos de su dimisión. Aún estamos todos atónitos por lo que está acaeciendo. De forma inesperada, Rosell ha decidido dimitir.
Siempre he dicho que el fútbol es el paradigma de la irracionalidad, y algo que parecía dentro de la normalidad como es el fichaje de un jugador de renombre como Neymar, algo que ya estaba asumido, contabilizado y digerido, ahora, por razones de todo tipo, ha provocado que Rosell abandone.
Realmente la acusación que apunta hacia Rosell, es muy importante y, en mi modesto entender, creo que hace bien en dejar su puesto. Esto le permitirá defenderse y, a su vez, desvincular el proceso judicial del club que, paradójicamente, es el agraviado. No obstante, me parece que su salida le honra pues es algo que muchos en este país deberían hacer y pocos hacen.
Podría opinar sobre la situación, hacer astillas del árbol caído, algo en lo que somos especialistas en nuestras latitudes. Sinceramente, creo que quizás han fallado las formas y, en especial, la comunicación.
El Barça es una institución muy importante que en los últimos años ha destacado no solo por sus éxitos deportivos, también por su savoir faire en casi todos los ámbitos. Éramos, y lo digo en pasado con enorme pesar, ejemplares en todo el mundo. Además, y lo he comprobado personalmente, creo que se ha fallado en la forma de comunicar. Es cierto que gestionar un club de fútbol es muy complicado, pues ahí debes armonizar gestión económica de una institución que es de todos sus asociados, con la pasión que tiene su afición, con los enormes egos que bailan en su interior y, por supuesto, con transparencia. Debo decir que se ha fallado en alguno de estos aspectos.
Ser presidente y directivo de una institución como el Barcelona es muy sexy, pero mucho más duro de lo que la gente piensa. Siempre hay gente que se siente agraviada y además, y me sabe mal decirlo, la industria del fútbol es poco transparente.
Desgraciadamente, el entorno socioeconómico y político tampoco ayuda. Ahora esto ya es pasado, y a mí me preocupa el futuro. Tenemos un Barça que está, a pesar de la extraña marcha de Guardiola, el mejor entrenador de la historia del club, funcionando bien pese a luchar contra sus propios éxitos. Tenemos al mejor jugador del mundo y el mejor equipo. No lo marchitemos con temas extradeportivos.
Si yo fuera directivo de la confianza del presidente, me iría con el. Quizás no ahora, para no desestabilizar, pero sí al final de temporada y convocaría elecciones. Por una vez, no nos suicidemos colectivamente. Ahora más que nunca, tots units fent força. Por cierto, mi voto de total confianza para el nuevo presidente, Josep María Bartomeu, magnífico gestor y mejor persona, a quien someto desde este momento mi cargo de vicepresidente de la Fundación del FCB. Así debe ser.
@masfurrroll
Fracasar para tener exito
Querido Alex,
Voy a ser muy breve. En nuestro pais los fracasos han sido y siguen siendo penalizados.Hablar de tus fracasos no es algo comun, todo lo contrario de lo que sucede en los paises anglosajones donde cuando alguien no es consciente de haber fracasado, es capaz de contarlo y expresar que aprendiste de ello. Si yo quiero incorporar a alguien, con los años, lo que mas valoro ademas de la experiencia y el talento, es la transparencia, la pureza y claridad de la mirada y por supuesto la sinceridad de su background con lo bueno y lo malo y las consecuencias obtenidas de todo ello.¿ Aprenderemos algun dia a no solo presumir y ser humildes? Quizas quienes deberian empezar con el ejemplo son nuestros politicos y gobernantes. Aun no he escuchado a ninguno de ellos escuchar algun “mea culpa”, sino todo lo contrario, la culpa es de los demas siempre. Asi, mal vamos.
Fracasar para tener éxito
Texto Antonio Ortí Pasamontes recuerda el libro Fueras
La Vanguardia – ES
12 de enero de 2013
Desde el 2010, Finlandia celebra cada 13 de octubre el Day for Failure, el día del fracaso en el que empresarios, cineastas, deportistas, escritores… se van turnando en la tarima y explican las razones por las que su proyecto no llegó a funcionar. Puede tratarse de Jorma Ollila, el antiguo presidente y director ejecutivo de Nokia, o de Tino Singh, un músico de funk-soul que nunca llegó a ser respetado como un artista serio –la audiencia no dejó de relacionarlo con un programa televisivo Passport and toothbrush (pasaporte y cepillo de dientes) en el que actuaba– y que decidió terminar su carrera de músico y probar con algo nuevo al apercibirse de que “había más gente sobre el escenario que en el lugar destinado al público”. El objetivo de esta y otras citas similares que proliferan en una treintena de países es cambiar la cultura del fracaso, de tal modo (según se lee en el manifiesto de la cita finlandesa) que nadie tenga vergüenza de haber fracasado y quede paralizado por el miedo. Ya lo dijo Lenny Leonard, el personaje de Los Simpson que trabaja junto a Homer en el sector 7G de la central nuclear de Springfield: “Todo el mundo puede equivocarse. Por eso los lápices vienen con una goma en el extremo”. “Fracasar –interviene Mertxe Pasamontes, psicóloga que ha tratado este tema en varios de sus libros– no es más que intentar algo y que no salga tal como se había previsto. Así que fracasar es consustancial al ser humano. Fracasamos desde que, siendo muy pequeños, intentamos aprender a andar a base de caídas. ¡Pero no por eso dejamos de intentar andar hasta conseguirlo!”, exclama. También fracasamos al acabar un maratón en un tiempo superior al previsto, al enamorarnos de alguien y no ser correspondidos y en cualquier otro ámbito de la vida, aunque el fracaso por antonomasia sea el empresarial, algo lógico cuando la economía se ha convertido en la nueva religión del siglo XXI .Y por qué unas personas tienen éxito y otras no (Taurus) en donde Malcolm Gladwell estudió casos famosos de triunfadores (desde los Beatles hasta Bill Gates) y calculó que para llegar a la maestría en cualquier parcela de la vida se precisan unas 10.000 horas de práctica, es decir, unas 20 horas semanales durante diez años. Según explica la psicóloga, desde la llamada psicología positiva se ha llegado incluso a proponer sustituir la palabra fracaso por feedback o aprendizaje en el contexto de una época donde triunfan eufemismos parecidos para referirse a la crisis económica o a la posibilidad de un rescate financiero, lo que llevó a la revista Time a ironizar sobre este fenómeno el pasado 9 de junio en un artículo titulado “Tú dices tomate, yo digo rescate”. Sustituir fracaso por aprendizaje buscaba impedir que la gente normal y corriente piense que “errar nos hace imperfectos, cuando lo único que nos hace es humanos”, recuerda Pasamontes. En realidad, fracasar, en su más amplia acepción, está dando paso a una gran producción intelectual: fracasan los empresarios, los trabajadores que son despedidos, las personas desahuciadas de sus pisos, fracasan los hijos de muchas familias que no hallan trabajo y pierden la motivación para estudiar y fracasan, por encima de todos, los políticos que deberían de impedirlo. Así las cosas, el mundo se está encomendando a que surja una generación de emprendedores, similar a la que apareció en Silicon Valley, en la bahía de San Francisco (EE.UU.), en la segunda mitad del siglo XX. Pero, claro, en medio de esta crisis económica, la primera lección es la posibilidad de fracasar y la necesidad de levantarse y empezar de nuevo, en vez de persistir en el error. En el libro ¿A qué esperas para fracasar? (Lid), Ricardo Cortines cuenta todo lo que ha aprendido del fracaso. El autor era un emprendedor que en el 2004 decidió subirse al carro de la promoción inmobiliaria, lo que en el 2007 le condenó a la ruina “por –reconoce– el delito de imbecilidad con agravante”. Lo primero y principal es que su fracaso se lo ganó a pulso por haber ignorado una serie de señales inequívocas. “Aunque la suerte cumple una inestimable función terapéutica, la culpa fue mía. Normalmente, cuando tenemos éxito, por lo general pensamos que la suerte no ha intervenido, que la causa de ese éxito hemos sido nosotros, nuestro buen hacer. Sin embargo, cuando fracasamos pensamos que nosotros no hemos tenido nada que ver y nos inventamos un cabeza de turco, un fantasma al que llamamos suerte –o mala suerte– y al que no le importa cargar con las culpas”, reconoce este licenciado en Derecho. Su segundo gran hallazgo fue que después de fracasar se es más sabio que con anterioridad, tal como constató en su día Marilyn Vos Savant, una escritora estadounidense famosa por ser oficialmente la persona con el mayor coeficiente intelectual del mundo, al señalar: “La derrota es pasajera. Es la claudicación lo que la vuelve permanente”. El propio Cortines es el mejor ejemplo: en lugar de hundirse, hizo tabla rasa con su fracaso empresarial y empezó su remontada vital, primero escribiendo.
Los osos ya no comen salmón (Lid), luego convirtiéndose en conferenciante, más tarde participando en el programa radiofónico Triunfadores que emite Punto Radio y ahora ayudando a expandir la empresa de moda para niños de su mujer. “Fracasado –anota Cortines en la página 139 de ¿A qué esperas para fracasar?– no es el que fracasa, sino el que no se saca de encima su fracaso. Fracasado es quien se aferra a cosas que no funcionan. Fracasado es el que, cual afectado por el síndrome de Diógenes, prefiere hacerse basurero, antes que sacar la basura, el que le quita importancia a su fracaso para poder convivir con él, el que lo maquilla para que no sea tan feo y así poder abrazarlo”. Según explica desde Santander, “para hacer bien las cosas hace falta experiencia y esto vale para cualquier cosa. En mi opinión, no se puede aprender nada de ningún libro sobre el fracaso, incluido el mío, porque lo único que sirve es la praxis. Dicho lo cual, el mejor consejo que puedo dar es pasar a la acción, probar cosas y ver qué pasa, en lugar de hablar y hablar”, subraya este empresario. En todo caso, “la clave es pensar que algo puede ir mal, asumir el fracaso antes de que suceda y gestionarlo con rapidez, para que dure lo menos posible, separando lo bueno de lo malo, porque siempre hay que reciclar lo aprovechable”, sugiere. Curiosamente, la globalización de los problemas no ha impedido que sobrevivan escuelas “nacionales” del fracaso. Si se trata de deshacerse de lo que no funciona, un ejemplo son las fiestas japonesas para celebrar un divorcio y en las que las parejas celebran su ruptura como si de una boda se tratara: aunque en vez de ponerse el anillo, lo machacan con un martillo en forma de cabeza de rana, animal sinónimo de cambio en la cultura nipona. También es creencia generalizada que en los países anglosajones el fracaso está bien visto, a diferencia de lo que sucede en los países mediterráneos, donde fallar en algo se considera poco menos que un pecado y deja secuelas de por vida. Cuando se le traslada esta cuestión a Luisa Alemany, directora del Esade Entrepreneurship Institute, señala como posibles causas la cultura y la religión. Respecto a la primera, se manifiesta en los siguientes términos: “Si los niños de una familia van al colegio que les queda más cerca, se relacionan con amigos de su mismo barrio y tienen todo lo que necesitan al lado, al final ocurre esto”, razona Alemany, que da a entender que mientras que los jóvenes estadounidenses están habituados a buscarse la vida a los 18 años, cuando acostumbran a dejar el domicilio familiar, los españoles se quedan en casa hasta cumplir los 29. “En la cultura anglosajona, si llueve te mojas y si te constipas, te curas y continúas adelante; aquí somos más protectores”, añade. Para la ética calvinista (que dio lugar al capitalismo) el trabajo redime y dignifica, hasta el punto de que una parte significativa de los norteamericanos (también de los japoneses y, en general, de las personas que comparten este credo en cualquier parte del planeta) se toman como un pequeño calvario personal sus improductivos periodos vacacionales. Cuando se interroga a Luisa Alemany sobre este rasgo, prefiere quedarse con lo bueno de estos países, “que, en general, permiten que las personas encuentren sus talentos y desarrollen sus habilidades. También en España todo el mundo tendría que intentar disfrutar trabajando”, reclama. “Desde edades muy tempranas se debería permitir a los jóvenes –prosigue– especializarse en aquello en lo que son buenos. Es horroroso trabajar ocho o diez horas en algo que no te gusta… Cuando pasa esto, lo normal es intentar evadirse navegando por internet o esperar a que pasen las horas. En cambio, cuando trabajas en algo que es lo tuyo, el día se te pasa volando. El problema, tal vez, es que los adolescentes desconocen lo que les gusta”, apunta. De hecho, la propia Luisa Alemany se reconoce en esta situación. “A los trece años decidí abandonar los estudios. Mi idea era cursar formación profesional (rama metal). Comencé a trabajar como aprendiz en la empresa Construcciones Aeronáuticas, donde a los 16 años firmé mi primer contrato. Tal vez me equivoqué al dejar de estudiar, pero eso me sirvió para darme cuenta de que si quería progresar debía retomar los estudios”, señala. Respecto a su experiencia personal con el fracaso, Alemany bromea con que se podría pasar horas disertando sobre el tema, tras admitir que intentó montar empresas que no llegaron a prosperar o que invirtió dinero en otras que quebraron, para dar a entender que “fracasar en alguna cosa no significa el final de nada, sino que forma parte del camino”. ¿Cuáles son los principales motivos por los que fracasan los emprendedores españoles? El encargado de contestar la pregunta es Alberto Fernández Terricabras, profesor del Iese desde 1991 y doctor en Administración de Empresas por la Universidad de Boston (EE.UU.). He aquí la lista que se le ofrece a Fernández para que elija: falta de experiencia, ausencia de un plan de negocio, perder demasiado tiempo en elaborar el producto y la estrategia, empezar sin capital suficiente, no tener mercado, querer empezar a lo grande, estar solo, abandonar pronto, rodearse mal, no poner al cliente en primer lugar y abusar de los créditos bancarios. “Fracasan por todos estos motivos”, resuelve. “Hacer un buen plan de negocio es importante y, no sólo eso, sino ir reexaminando la evolución del negocio para ir aprendiendo. También es básico entender las necesidades del cliente: en general, el emprendedor suele enamorarse mucho de su producto y descuida la parte comercial”, contesta Fernández. Respecto a si en España existe una cierta burbuja en torno al emprendedor como salvador de la situación económica, cuando lo cierto es que cada vez hay más fracasos, como publicó Expansión el 19 de junio de este año, el profesor del Iese manifiesta que tal vez ello sea debido a que en España se decide emprender más por necesidad (en un 60% de los casos) que por auténtica vocación. A partir de ahí, el profesor Fernández comienza a dar ejemplos prácticos de firmas que han logrado sobreponerse a inicios difíciles, y cita a La Fageda, la empresa de Girona que emplea a personas con trastornos mentales graves para elaborar productos lácteos), y que, tras unos inicios complicados, ha logrado salir adelante de la mano de su fundador, Cristóbal Colón. Suya es una frase que suele ponerse como ejemplo en las escuelas de negocio: “El sentido del trabajo es un trabajo con sentido”. De hecho, y volviendo a fracasar en su más amplia acepción, hay una prolija bibliografía sobre la necesidad de intentarlo en cualquier ámbito de la vida, pues la historia de la humanidad está repleta de fracasos que han permitido mejorar lo que había antes. “El éxito es aprender a ir de fracaso en fracaso sin desesperarse”, dijo Winston Churchill. “El fracaso es una ocasión para empezar otra vez con más inteligencia”, observó Henry Ford, dando a entender que equivocarse puede ser un buen punto de partida para empezar a construir en la dirección correcta (en el terreno económico, en el sentimental y en cualquier otro). En cuanto a Thomas Edison, repetía a menudo que cada error que dejaba atrás, era un paso adelante. De hecho, la bombilla de filamentos por la que es famoso no le salió a la primera, sino que realizó más de mil intentos, lo que llevó a uno de sus discípulos a preguntarle si no se desanimaba con tantos fracasos. “¿Fracasos? No sé de qué me habla. En cada descubrimiento me enteré de un motivo por el cual una bombilla no funcionaba. Ahora ya sé mil maneras de no hacer una bombilla”, se cuenta que respondió Edison tras ensayar durante ochocientos días con hasta 6.000 fibras: vegetales, animales e incluso con un pelo de la barba rojiza de uno de sus colaboradores. He ahí el quid de la cuestión: simplemente fracasa quien persiste en el error y no extrae lecciones provechosas de sus fallos, algo que cualquiera podría aplicarse a su vida privada, pero que también harían bien en recordar quienes en su momento no supieron observar que la crisis que azota al mundo entero era completamente predecible, en función de los errores que se habían cometido…
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“Tango” via Marca.
Querido Alex, te escribo de nuevo despues del partido. Atletico y Barça han empatado a cero. Reparto de puntos y probablemente justo. Partido muy intenso, de tu a tu y sin dejar de dar la cara. Ha imperado el estilo de Simeone amparado por el “jueguen, jueguen” de Mateu Lahoz. Curiosamente recibimos mas faltas, pitadas y no pitadas y nos asigno mas del doble de tarjetas amarillas. Una cosa es dejar jugar, la nobleza del futbol no esta reñida con ñarevencion de segun que actitudes. A pesar de ello, el Atletico ha jugado bien, a su manera, con su estilo de equipo compacto, aguerrido,luchador no exento de clase y peligro. El Barça, en su linea, pero menos incisivo de lo que es necesario para ganar, con menor velocidad de balon,aunque el Atletico defiende muy bien, que nadie lo olvide. Me parecio muy acertada la alineacion inicial tal como se planteaba el partido y con el arbitro que iba a dirimir la justicia. Inteligente el Tata Martino. Quizas algun pero en los cambios, habria mantenido a Pedro y cambiado a Xavi. Sergio Roberto estuvo desubicado. No obstante ha sido un partido bonito de ver y todos nos vamos a casa mas o menos satisfechos, todos, bueno, menos el !adrid que ya debe contar con los tres puntos de mañana. Espero que el Español sea capaz de devolverle al mundo real.
Bona nit Alex. T’estimo fill
CARTAS A ALEX Gabriel
Masfurroll 11/01/2014
Tango
Querido Alex, hoy se enfrentan los dos mejores equipos de la Liga. No lo digo yo, cantan las estadísticas, que nadie se enfade por esto. Quizá en mayo sea distinto, pero hoy es así.
Esta noche el tango, la sardana y el chotis se mezclarán con algo de samba y el Calderón se convertirá en el eje mediático del fútbol mundial. Dos argentinos, el Cholo y El Tata, dirigirán a los respectivos equipos. Dos conceptos muy distintos de fútbol, pero con el mismo espíritu ganador. Empieza el baile.
El Barça recupera a Valdés, Alba y Messi que no es baladí. Haber llegado líder hasta ahora con las circunstancias adversas que ha sufrido esta temporada es todo un mérito. Por su parte, el Atlético está haciendo una heroicidad y su fútbol es el más eficaz del campeonato, un equipazo.
Será un partido excitante y seguro que valdrá la pena disfrutarlo. Espero que gane el Barça con una victoria merecida, pero si gana el Atlético y es de buena lid, habrá que sacarse el sombrero. ¡Que empiece el juego! Y, por cierto, el lunes tendremos fiesta aunque espero que no tengamos baile y que el Balón de Oro vaya a manos del jugador que más lo merezca.
Para mí, en un deporte de equipo, el jugador que más lo merece es claramente aquel que con su talento y esfuerzo ha aportado más a su club, a su equipo, con títulos. Que cada uno analice y juzgue. Después de la decisión de la FIFA, cada uno dirá la suya. Creo saber quién lo merece, quién es el mejor y también quien ganará.
Wait and see! Serà un cap de setmana especial a on un cop més el futbol es convertirà en el centre de l’atenció del món. T’estimo, Alex.
@masfurroll
Navidades negras by Manuel Castells via La Vanguardia
Querido Alex,
Te envio el relato sobre una pesadilla navideña que espero no se produzca jamas. A veces la obstinacion humana, la falta de comunicacion, el odio y las mas de las veces la incapacidad de ponerse en los zapatos ajenos, generan situaciones incomprensibles e irracionales. Hace unos dias acaba de fallecer Nelson Mandela,ciudadanos de todo el mundo y los mandatarios mas destacados del planeta, han destacado sus virtudes, muy en especial su desafeccion al odio, a la venganza, a perdonar y buscar el punto de encuentro en lugar de culpar y criticar a sus oponentes y rivales. Este ejemplo, alabado por todos curiosamente es seguido por pocos. ¿Es esta la gran paradoja de la Humanidad?
¿Sabes Alex, me siento perdido y confuso. No siempre una parte tiene la razon. Esta suele estar dividida y el punto de encuentro es lo ideal pero solo pocas veces desgraciadamente se alcanza. Seamos sensatos y cambiemos la pesadilla por un bello sueño de paz, entendimiento, comunicacion fluida y buena voluntad. Este esfuerzo beneficiara a la mayoria de los ciudadamos unque parezca mas facil, demagogico y populista el enfrentamiento. Es pan para hoy y mucha hambre y lagrimas para el futuro.
Navidades negras
La Vanguardia
21 de diciembre de 2013
Como tres siglos atrás, tras días de incertidumbre los catalanes volvieron al trabajo con la determinación de no olvidar jamás. Resguardó las manos en los bolsillos del abrigo y apretó el paso para llegar a casa antes del toque de queda. Miró de reojo a la tanqueta apostada en la esquina de Casp con Pau Claris: lucía el glorioso emblema de la Benemérita, su ametralladora apuntando a un cielo gris que amenazaba tormenta.
La ciudad estaba sembrada de vehículos blindados, hieráticos guardianes de la Constitución. Algunos osados jovencitos los insultaban al pasar sin conseguir alterar su impavidez. No era cuestión de agravar la situación con incidentes que excitaran más los ánimos. Distinto era cuando formaban grupitos de más de diez personas. Entonces los dispersaban a porrazos, aunque esa tarea se la encomendaban a la Guardia Urbana.
Una pesada calma descendía sobre las calles semidesiertas en una Nochebuena sin luces. Qué rápido había sido todo. Rememoró sin quererlo las diez semanas que cambiaron su mundo. Todo empezó un año atrás con la decisión política de organizar una consulta popular sobre la soberanía de Catalunya. De inmediato, el Gobierno español, respaldado por todos los partidos españoles, rechazó de plano tal posibilidad y la declaró ilegal por inconstitucional. AhHhjí comenzó un tira y afloja que no llevó a ninguna parte. O mejor dicho, condujo al intento del Govern de Catalunya, apoyado por la gran mayoría de los ciudadanos, de realizar la consulta de cualquier manera.
Los políticos no tenían mucha alternativa. La sociedad se había movilizado por millones a favor del derecho a decidir. Para muchos esa movilización se planteaba como preludio a la independencia. Lo impensable era posible. Hartos de la arrogancia de lo que la gente llamaba “Madrid” y la humillación cotidiana del desdén a la identidad propia, habían transformado la indignación en clamor y la reivindicación en sueño. La crisis, el paro y los recortes hicieron el resto. De todos los rincones del país surgió la idea de que sí se podía. Debates, manifestaciones, okupaciones, caceroladas, bajada de bandera y subida de bandera, cánticos colectivos y blogs en la red, prédicas en iglesias y arengas en el Parlament, consultas municipales y festivales pop, sesudos seminarios de historia y teatro callejero. Un ambiente mágico se difundió entre la gente, contagiada de una alegría tensa. Se concibieron planes estratégicos para la economía, la educación, la salud, la cultura, la ecología, el arte. Se multiplicaron las conversaciones con quienes no lo veían claro y con quienes reafirmaban su españolidad. Catalanes de pro y barbilampiños ilusionados recorrieron el mundo solicitando comprensión y solidaridad. Internet se pobló de webs de información y debate sobre Catalunya. Un ansia de vida nueva se vistió de senyera y tradujo en proyecto nacional los anhelos individuales.
Él nunca había sido muy nacionalista, pero le ofendió personalmente la forma en que “Madrid” y los medios españoles ningunearon el sentimiento de tanta gente que él respetaba. Y ni siquiera quisieron negociar sobre los problemas que para él sí eran importantes: como el reparto del dinero que ganaban con su trabajo. ¿Solidaridad con los más pobres? Tal vez sí, pero quiero decidirlo yo, no que me lo impongan. Pero no tenía claro dónde se situaba en este frenético debate hasta que estalló todo.
Fue poco antes del 9 de noviembre, fecha anunciada para la consulta que había sido declarada ilegal por decisión del Constitucional. La Generalitat, con el apoyo mayoritario del Parlament y respaldada por buena parte de la sociedad civil, puso en marcha los preparativos técnicos para recabar la opinión del pueblo. Se completaron las listas del censo, se equiparon las escuelas con material electoral, se ordenó a los Mossos proteger a los votantes, se pidió a la televisión catalana la cesión de espacios de propaganda electoral y se preparó el recuento electrónico en el Departament d’Interior.
El Congreso español, en reunión de urgencia, reiteró la ilegalidad de la consulta, en un voto casi unánime, y conminó al Govern a cancelar su convocatoria. Ante la negativa catalana a acatar el ultimátum, el Gobierno, previa consulta al Consejo de Estado, decretó la anulación temporal de la autonomía de Catalunya, la revocación del Parlament por incumplimiento de la legalidad y la destitución del presidente de la Generalitat y su gobierno hasta la celebración de elecciones constitucionalmente sancionadas.
La gente salió a la calle espontáneamente por centenares de miles y se ocuparon plazas y edificios públicos mientras se coordinaba la protesta mediante la red. Acto seguido el Gobierno español declaró el estado de excepción, exigió el cese de las manifestaciones y ordenó el despliegue de la Guardia Civil en todo el territorio catalán, poniendo bajo su mando a los Mossos y la policía municipal. El delegado del Gobierno asumió las competencias civiles y militares en Catalunya. Los principales dirigentes políticos catalanes fueron confinados en arresto domiciliario. Usando la llamada ley anti-15M aprobada por las Cortes meses antes, se procedió a detener a quienes habían convocado por internet a manifestarse, al tiempo que se interceptaban los mensajes en la red y se establecía la censura en los medios de comunicación. A pesar de las llamadas a la calma, hubo choques violentos, algunos muertos, cientos de heridos, incendios y nubes de gas envolviendo las ciudades.
Las campañas de desobediencia civil preparadas de antemano chocaron contra la cortina de hierro que ocupó el entorno. Europa se inquietó, los medios internacionales enviaron corresponsales, el Gobierno español respondió asegurando el respeto de los derechos civiles junto a su obligación de garantizar el orden contra la violencia y preservar la unidad de la nación. Como tres siglos atrás, tras días de incertidumbre y rabia, los catalanes volvieron al trabajo con la determinación de no olvidar jamás: ahora tenían una nueva Diada. Menos mal que aún quedaba la cena de Nochebuena, pensó al llegar a su portal.
Entonces despertó. Sintió alivio. Miró por la ventana: había luces de Navidad. Volvió a la vida. Pero esa noche se le atragantó la sopa de galets y la carn d’olla le pareció chamuscada.
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El club de los poetas muertos : Comentario a un escrito de Enric Bañeres sobre Pep Guardiola en 2007
Ademas,Bañeres es un periodista experto y conocedor de este mundo del futbol. Me gustaria saber su opinion a dia de hoy del articulo que en su dia publico. Leanlo y opinen.
El club de los poetas muertos by Enric Bañeres
No por esperada, la noticia de que a Pep Guardiola lo van a enchufar como responsable del depauperado Barça B, ha dejado de inquietarme. Pep es una incógnita como entrenador, un capullo por abrir, y por tal razón es aventurado descalificarlo de antemano. No lo voy a hacer pese a que lo veo como una réplica de Michel en el Madrid-Castilla: estrellándose. ¿Estará preparado para asumir la formación de futuros Puyoles, Xavis, Messis y Valdeses? Me cuesta verlo en ese trabajo en el que hay que inculcar dureza, espíritu competitivo, capacidad de sufrimiento, afán de superación, camaradería, amor a los colores…A Pep le vino todo rodado pero, cuando tuvo que empezar a competir por el puesto, tocó el dos. Fuera del manto protector del barcelonismo, su carrera fue todo un poema: gris en el Brescia, negra en el Roma y para olvidar en México, amén de jalonada con turbios episodios de dopaje. No logró que se le abrieran las puertas de la Premier League ni siquiera las del campeonato argentino, a donde han vuelto el Piojo López, entre otros ilustres veteranos. Es decir: el único entorno que parece darle seguridad es el del Barça, y como entrenador tampoco ha tenido alas para buscarse el sustento lejos de aquí, como han hecho Koeman, Laudrup, Schuster, Bakero…Pep, un mito vivo del barcelonismo, puede introducir a los jóvenes aspirantes a crack en la poesía de Miquel Martí Pol, la música de Lluís Llach y hasta inspirarles en un simbólico viaje a Ítaca. Pero mucho me temo que, más que un club de fútbol, con Guardiola el Barça B se parecerá al club de los poetas muertos.
Futbol en el año nuevo. Via Marca.
Marca Orbyt.
CARTAS A ALEX Gabriel
Masfurroll 04/01/2014
El fútbol en el Año Nuevo
Querido Alex, sigo fuera de España, alejado de la mal llamada civilización. Esta desconexión del mundo de la competitividad, de las luchas por el poder y de las criticas me ha permitido desconectar mi mente y aclarar mis ideas.
Ante todo, quiero desear a todos los lectores de Marca un venturoso 2014. Y también expresar qué será para mí el 2014 en el ámbito futbolístico. En España, el Barça seguirá defendiendo una hegemonía que ha detentado en los últimos 20 años, fruto de un modelo basado en formación interna creado hace 40 años y en la implicación a todos los niveles de un sistema de juego muy singular que muy pocos pueden y saben desempeñar.
Por otro lado, tenemos a un Atlético de Madrid que va muy en serio. Ya no es sólo Simeone o Diego Costa, es también una filosofía de club que el presidente Cerezo y Gil Marín han implementado con sigilo pero con inteligencia. El Atlético es un club que se basa en su afición y esta es la gran protagonista. Ya no es el Pupas y parece que por unos cuantos años dejará de serlo. Este club y este equipo van en serio.
Nos queda el Madrid, el gran rival, el equipo que jamás se da por vencido, juegue bien, mal o regular, siempre esta ahí. El conjunto pivota alrededor de Ronaldo, extraordinario futbolista, aunque le cuesta encontrar su estilo de juego.
Por fin, la selección española. Mi querido Vicente del Bosque sabe que tiene un extraordinario plantel de jugadores. Sabe también que ello no es suficiente y además, como al Barça, cualquier resultado que no sea ganar, será para el ciudadano español un fracaso, pues el fútbol es así. Vicente es un hombre sabio y sabe que puede ocurrir.
Alex, será un any interessant a on el mon del futbol debatra en si segueix igual o es produeix un canvi de cicle. Veurem. T’estimo Alex.
@masfurroll
Los números de 2013
Los duendes de las estadísticas de WordPress.com prepararon un informe sobre el año 2013 de este blog.
Aquí hay un extracto:
Un tren subterráneo de la ciudad de Nueva York transporta 1.200 personas. Este blog fue visto alrededor de 7.200 veces en 2013. Si fuera un tren de NY, le tomaría cerca de 6 viajes transportar tantas personas.